El desarrollo tecnológico ha logrado que la Traducción Automática (TA) haya dado un tremendo salto cualitativo. Este aumento de calidad, sumado a la reducción de costes fruto de la automatización, hace que muchas empresas se planteen echar mano de esta modalidad de traducción. Sin embargo, otras muchas son reticentes en cuanto a la calidad final de los textos: ¿puede una máquina igualar la traducción de un humano?
Lo cierto es que las soluciones de traducción automática cada vez son más sofisticadas. Los motores de traducción pueden entrenarse, personalizarse y adaptarse para que respondan a las necesidades de un ámbito determinado.
Las herramientas de TA profesionales no son sistemas genéricos como aquellos que podemos encontrar gratuitamente por internet, sino que pueden echar mano de glosarios específicos del sector, personalizándose para un cliente, una temática o un binomio de idiomas concreto.
Esta intervención humana previa para adaptar los motores de traducción puede sustituirse o complementarse por una revisión y una edición posterior por parte de un traductor profesional.
La traducción automática, con o sin postedición humana, cuenta con dos ventajas destacables:
Cabe señalar que no todos los tipos de textos son susceptibles de traducirse automáticamente. Es importante conocer las limitaciones de la traducción automática para que el resultado siempre sea satisfactorio para el cliente.
En Linguaserve valoramos los textos para asegurarnos que con este sistema de traducción automática se puedan lograr los objetivos deseados en cuanto a calidad final. De este modo, siempre recomendamos a nuestros clientes la mejor solución multilingüe.
Algunos de los casos en los que está indicada una traducción automática son los siguientes:
Cuando se requieren distintos niveles de calidad (Quality on demand) para distintos textos: