La Interpretación consecutiva es aquella que se produce cuando acaba la intervención total o parcial del orador. Es decir, el intérprete debe escuchar la integridad de la intervención, o fragmentos de esta, y después reproducirla en otro idioma en su integridad.
Esta fórmula es muy usada en presentaciones de productos y servicios, ruedas de prensa o discursos protocolarios, cuando los receptores del mensaje entienden o bien la lengua del orador, o bien la lengua a la que traduce el intérprete.
El intérprete debe sentarse junto al orador y tomar notas durante su intervención, mientras escucha el discurso en la lengua origen. El ponente debe realizar pausas con una frecuencia de unos 10 minutos, para que el intérprete pueda reproducir entonces el contenido del mensaje en la lengua de destino, como si estuviera enunciando el discurso original.
Debido a esto, los intérpretes deben realizar un gran esfuerzo memorístico, además de tener una gran capacidad de concentración que le permita captar el discurso y sus matices correctamente y, después, trasladarlo del mismo modo. Además, deben haber trabajado previamente en un sistema que les permita tomar notas con rapidez, habiendo creado un lenguaje de símbolos y abreviaturas que les permita seguir el ritmo del discurso.